Desde un tiempo a esta parte la complejidad de los negocios así como la creciente complejidad tecnológica disponible están imponiendo un desafío al cargo que creo que llegó el tiempo de redefinirlo. No creo posible tener a un profesional a cargo de un área que debe asegurar una plataforma tecnológica de vanguardia lo cual le significa estar al tanto de los últimos avances tecnológicos en todos los ámbitos (redes, servidores, storage, bases de datos, servidores de aplicación, herramientas de virtualización, prevención de ataques, etc, etc) y a la vez esté lo suficientemente cerca del negocio como para que las decisiones que tome en el ámbito de la informática estén alineadas con los objetivos estratégicos de la organización a la cual pertenece.
Hoy nos encontramos con excelentes profesionales empujando un carro aparentemente correcto, con el convencimiento de estar aportando la última tecnología a la empresa, dotándola de una plataforma diferenciadora frente a sus competidores, pero a la vez pone en marcha procesos, normalmente plasmados en un ERP de clase mundial, que son una camisa de fuerza para la organización o al menos para un área, que para colmo podría ser la comercial. Y lo que es peor, dentro de la organización nadie tiene claro cual es el problema y se someten irrestrictamente a esta disciplina sin cuestionarla demasiado.
¿Suena conocido el tema? Mucho mas de lo que ustedes creen…y aún más grave, todos sienten que están haciendo su trabajo, dando el máximo por la organización. Pero esta está enferma y no saben de que.
Hoy por hoy, asumir que existe la tecnología para resolver cualquier requerimiento no es un pecado, como tampoco lo es, no aceptar el que no se puede hacer por restricciones del sistema o la plataforma. Lo que si es inaceptable es tener a alguien a cargo que no entienda a cabalidad el negocio, que no participe del comité de gerentes y no comparta, ni haya participado, de la elaboración del plan estratégico de la organización. Tampoco lo es tener un filtro, como suele ser el Gerente de Administración y Finanzas, cuando el área le reporta a él.
Cuando el Gerente de Informática, al cual creo que lo deberíamos dejar de llamar así para rebautizarlo como Gerente de Información, esté posicionado a ese nivel, con la exposición adecuada al plan estratégico y a las iniciativas estratégicas en cada uno de los frentes de la organización estoy seguro que las decisiones que tome si serán un aporte al negocio. Así, el Gerente de Información, con un cabal entendimiento del negocio podrá orquestar la tecnología proporcionando un gran aporte a la organización.
Hoy sucede comúnmente al revés, el negocio anda a la velocidad que la tecnología le permite. ¿Cuántas veces han escuchado que no se pueden cambiar los planes de comisión o los contratos de venta porque el sistema no lo permite, mientras perdemos ventas o participación de mercado? ¿Es eso aceptable hoy en día? Claramente no lo es.
La solución está en tener a alguien fuerte en tecnología dentro de la organización que trabaje muy de la mano con el gerente de información, sin que este último tenga supervisión o responsabilidad sobre la tecnología. Su rol es ponerla al servicio de su empresa, pero no gestionarla.
¿Donde parte el rol de Gerente de Información entonces? Del cabal dominio del ERP y los Sistemas de Gestión. Es aquí donde se plasma su conocimiento del negocio, grabándose muchas veces a fuego, en los procesos, en los indicadores, tableros de control, etc, pero con la llave para cambiar, a la velocidad del negocio, esos procesos, indicadores y tableros de control. Al ser un profesional empapado de la estrategia, sabrá anticiparse a los cambios generando los proyectos necesarios para llevarlos a cabo con la sincronía que el negocio lo requiere.